Definitivamente, el principal uso del óxido de zinc consiste en prevenir daños a nuestra epidermis y acelerar el alivio de pequeñas heridas e inflamaciones, ya que esta sustancia tiene la capacidad de adherirse a la superficie cutánea y formar fina capa o película protectora que aísla los factores externos que pudieran dañarla o aumentar la lesión. Las propiedades de esta mascarilla cremosa contribuyen a restaurar y equilibrar el balance natural de la piel, estimulando la renovación celular y estabilizando el manto ácido. Puede emplearse para tonificar, rehidratar y proporcionar textura y lozanía a la piel exfoliada.
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Contenido | 300g |
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